
JUBILEO DE LA VIDA CONSAGRADA
Arquidiócesis de Santo Domingo
2 de febrero de 2025
El pasado 2 de febrero, en la Fiesta de la Presentación del Señor, se celebró en Bayaguana, República Dominicana, el Jubileo Nacional de la Vida Consagrada. Los hermanos de la Comunidad de Nuestra Señora de la paz, participaron en este encuentro festivo, donde se reunieron diversas formas de vida consagrada del país. Asimismo, participaron las Hijas de la Pasión de Jesucristo y María Dolorosa, compartiendo la celebración junto con nuestra comunidad pasionista.
El evento contó con la presencia de Mons. Francisco Ozoria Acosta, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, y Mons. Daniel Lorenzo, Vicario Episcopal territorial del Santo Cristo de los Milagros.
Desde las 8 de la mañana, los hermanos coordinadores y organizadores de este encuentro recibieron a todos los asistentes, en el deportivo “Isaac Ogando” dando inicio a las actividades programadas. A lo largo de la mañana, se desarrollaron conferencias y testimonios en torno a dos ejes temáticos: la caridad y la fe, ofreciendo reflexiones profundas, que enriquecieron nuestra experiencia de Dios en la misión con la Iglesia que peregrina en la República Dominicana. Además, el ambiente festivo se vio acompañado por diferentes dinámicas resaltando así la alegría y el júbilo de este encuentro fraterno.
Al mediodía, los religiosos y religiosas de los diferentes carismas, compartieron los alimentos, permitiendo que los hermanos de nuestra comunidad estrecharan nuevos lazos de amistad con miembros de otras formas de vida consagrada.
Por la tarde, alrededor de las tres, comenzó la peregrinación hacia el Santuario Nacional del Santo Cristo de los Milagros, donde se celebró la solemne Eucaristía. Fue una celebración llena de signos y gestos significativos; todos los presentes, incluida la comunidad pasionista, renovaron su consagración al Señor, reafirmando así, su compromiso con la misión y el carisma de su vocación.
Este encuentro, en el marco de la Fiesta de la Presentación del Señor, nos recordó la vocación esencial de la vida consagrada: ser luz en el mundo y testigos de la esperanza. Como consagrados, estamos llamados a encarnar esta esperanza, anunciando con nuestra vida que la entrega sincera y el servicio a los demás son caminos de plenitud, acompañando a quienes sufren y construyendo juntos una historia tejida con amor y esperanza.
Al concluir la celebración, regresamos a nuestras comunidades con el corazón fortalecido, sabiendo que no caminamos solos. En comunión con toda la Iglesia, renovamos nuestra entrega y disponibilidad para servir con alegría, permitiendo que la luz de Cristo, a través del misterio de su Pasión, brille en nuestra vida y misión.
Coh. Geovani Misael Hernández Hernández
Coh. Braulio Manuel Rodriguez González
Coh. Miguel Ángel Vázquez Sánchez