Del 9 al 11 de febrero, los hermanos Abel, Uriel, Juan Diego y Jehovany, acompañados por los hermanos Eloy Medina, Daniel Avila y Alexis Yobani Chávez, se reunieron en el Retiro del Beato Isidoro de Loor, en Tequisquiapan Querétaro, para discernir su experiencia de Dios y definir su opción vocacional por la vida religiosa pasionista. 

 

Durante la tarde del viernes 9, fuimos arribando a la casa, donde ya los hermanos Jesús y Juan nos esperaban con la cena preparada; el horario de esta tarde tuvo que modificarse, debido a que los hermanos  de la Ciudad de México, por complicaciones viales, retrasaron su llegada. Nos reunimos como primer momento en el comedor para compartir los alimentos, tiempo propicio para romper el hielo y comenzar a conocernos, y como es costumbre, la sobremesa se alargó de manera que, concluida la cena, nos retiramos a descansar para recuperar energías. 

 

El sábado 10, nos reunimos a primera hora del día en la capilla para el rezo de laudes y la meditación, dirigida por el hermano Alexis Yobani, al término de la cual, nos dirigimos al comedor para compartir el desayuno. Posteriormente, nos encontramos en el salón de la casa, donde tuvimos nuestro primer encuentro de reflexión, en la cual, el hermano Daniel hizo una breve introducción a la jornada vocacional, respondiendo a las inquietudes que se fueron suscitando en los aspirantes; la jornada tuvo como eje de reflexión el texto bíblico de Jeremías 1, 4-19, que habla de la vocación del profeta; por lo que, el hermano Alexis Yobani invitó a los hermanos a hacer un análisis de la realidad, revisando las noticias publicadas en los periódicos que ponen de manifiesto las diversas problemáticas que enfrenta nuestra sociedad, las cuales fueron plasmadas de forma creativa en unos cartelones que después los mismos hermanos fueron presentando; con este ejercicio el P. Eloy alentó a la reflexión sobre la propia vocación como respuesta de Dios a la situación histórica concreta de nuestro mundo. 

 

Al término de esta primera reflexión nos reunimos en el recibidor para un momento de recreación con el “Jenga”, que puso de manifiesto nuestras capacidades motrices para evitar derribar la torre construida por piezas de madera, cosa que no demostraron del todo los hermanos Eloy y Daniel, que lograron derribarla. Terminando el receso nos volvimos a reunir en nuestro lugar de trabajo, para reflexionar sobre las formas en que podemos responder a las problemáticas sociales reflejadas en la actividad anterior, en esta ocasión animados por el hermano Daniel. Para expresar mejor lo reflexionado, los aspirantes prepararon un sketch en el que reflejaron su interés por ayudar a romper con las dinámicas antievangélicas que dañan nuestra sociedad desde sus propios espacios de vida.

 

Después de la comida el hermano Alexis Yobani invito a los aspirantes a realizar un “escudo” de su vida, en el cual, pudieran plasmar de forma simbólica su pasado, presente y futuro; actividad que dio pie para reflexionar en la historia personal de cada uno descubriendo la presencia de Dios en cada una de ellas. 

 

Por la tarde, realizamos una actividad fuera de casa; subimos a la camioneta para trasladarnos hacia la comunidad de Tinaja de la Estancia, para que los aspirantes tuvieran la oportunidad de conocer más de cerca los espacios de apostolado de nuestra familia religiosa; ahí, en el marco de la festividad de Nuestra Señora de Lourdes, tuvimos la oportunidad de celebrar la Eucaristía presidida por P. Eloy Medina, en la cual, se administró el sacramento de la Unción a los enfermos de la comunidad; al terminar compartimos la alegría de la fiesta popular, entre música, fuegos artificiales y abundantes alimentos. Terminada la celebración volvimos a casa para descansar. 

 

El domingo por la mañana nos reunimos nuevamente en la capilla para iniciar el día con la oración, y después, pasamos al comedor para el desayuno. La reflexión de esta mañana, motivada por el hermano Daniel, giró en torno al ambiente familiar de san Pablo de la Cruz, para que, iluminados por él, los aspirantes pudieran rescatar la importancia de su propia historia familiar, sabiendo que la familia es el espacio teológico donde Dios se manifiesta y en el cual, ha surgido la propia vocación; al terminar se dio un espacio para que los aspirantes pudieran reflexionar de forma personal, y hacer la síntesis de esta experiencia. 

 

El punto culmen de nuestra jornada fue la celebración Eucarística presidida por el P. Eloy, en la capilla de nuestra casa, en un ambiente muy familiar, y en la en la que pudimos descubrir, motivados por el texto evangélico de la curación del leproso, la necesidad de reconocernos enfermos para acudir a Jesús y pedirle con fe y humildad la curación de nuestras heridas personales para tener la capacidad de curar las heridas de los otros; fue también una oportunidad para orar unos por otros, y por las necesidades de cada uno. 

 

Damos gracias a Dios por la oportunidad de tener este encuentro que nos ayuda a renovar la propia vocación, y los invitamos a orar por las vocaciones, para que el Señor no deje de suscitar para nuestra familia hermanos que hagan y sean memoria viva de su amorosa Pasión.

 

Coh. Daniel de la Divina Misericordia C.P.