top of page
3304022.jpg

HABEMUS PAPAM

LEÓN XIV

8 de mayo de 2025

Desde la mañana del miércoles 7 de mayo, los Cardenales de la Iglesia comenzaron la celebración del Cónclave para la elección del sucesor del apóstol san Pedro. Y después de la cuarta votación del 8 de mayo, en punto de las 18.07 hrs., la fumata blanca anunció a los fieles que el Obispo de Roma había sido elegido. Después de una hora, el Cardenal protodiácono Dominique Mamberti, salió al balcón de la Basílica de San Pedro para pronunciar el esperado "Habemos Papam", señalando que el Espíritu Santo había inspirado a los Cardenales para encomendar esta misión al Cardenal Robert Francis Prevost que, en adelante, tomaría el nombre de León XIV.

Robert Francis Prevost nació el 14 de septiembre de 1955, en Chicago, Illinois. Hijo de Louis Marius Prevost y Mildred Martínez, descendiente de españoles y franceses asentados en Nueva Orleans durante el siglo XIX. Realizó sus estudios en el Seminario Menor de los Padres Agustinos. El 1 de septiembre de 1977, inició el Noviciado en la Provincia agustiniana de Nuestra Señora del Buen Consejo, en san Luis Misuri, Estados Unidos. Un año después, el 2 de septiembre de 1978, emitió la profesión religiosa y el 29 de agosto de 1981, profesó los votos solemnes. Fue ordenado sacerdote el 19 de junio de 1982, durante su estancia en Roma. En 1985 fue enviado a la misión de Chulucanas, en Perú, como Vicario Parroquial de la Catedral y Canciller de la Diócesis. En 1987, se trasladó a los Estados Unidos para desempeñarse como Promotor Vocacional de la Orden y Director de misiones de la Provincia Agustiniana de Nuestra Señora del Buen Consejo. En 1988, volvió a Perú destinado a la misión de Trujillo, como Prior de la comunidad (1988 a 1992), Director de aspirantes (1988 a 1998) y Maestro de profesos (1992 a 1998). En la Arquidiócesis de Trujillo, trabajó como Vicario Judicial (1989 a 1998) y profesor de Derecho canónico, Patrística y Moral en el Seminario Mayor. En 1998, fue elegido Prior Provincial de la Provincia de Nuestra Señora del Buen Consejo. En 2001, fue nombrado Prior General de la Orden de San Agustín, oficio que desempeño durante dos sexenios. En 2013, volvió a Perú como Director de formación en el Convento de San Agustín, en Chiclayo, ademas de ejercer el oficio de Vicario Provincial de la Provincia de Nuestra Señora del Buen Consejo. El 3 de noviembre de 2014, el Papa Francisco lo nombró Obispo titular de Sufar y administrador apostólico de Chclayo; recibió la ordenación episcopal el 12 de diciembre de este año. El 26 de septiembre de 2015, el Papa Francisco lo nombró Obispo de Chiclayo. El 15 de abril de 2020, fue nombrado administrador apostólico del Callao, oficio que desempeñó hasta el hasta el 26 de mayo de 2021. El 21 de noviembre de 2020, fue nombrado por el Papa Francisco miembro del Dicasterio de los Obispos. Desde marzo de 2018 hasta enero de 2023, fue Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana. El 30 de enero de 2023, el Papa Francisco lo nombró Prefecto del Dicasterio de los Obispos y Presidente de la Pontifica Comisión para América Latina, concediéndole la dignidad de Arzobispo ad personam. Fue creado Cardenal por el Papa Francisco  durante el Consistorio del 30 de septiembre de 2023. Tiene conocimientos en matemáticas y Filosofía. Cuenta con una Maestría en Divinidad y es Doctorado en Derecho canónico. Habla inglés, francés, italiano, español y portugués; y lee el latín y el alemán.

Después de su elección como Obispo de Roma y sucesor de san Pedro, y antes de impartir la bendición a la ciudad y al mundo, pronunció estas palabras ante la multitud que se había reunido en las afueras de la Basílica Vaticana.

¡La paz esté con todos ustedes!

Queridísimos hermanos y hermanas. Este es el primer saludo de Cristo resucitado, el Buen Pastor que dio la vida por el rebaño de Dios. Quisiera que este saludo de paz entrara en nuestro corazón rodeara a nuestras familias y a todas las personas, estén donde estén: a todos los pueblos, a toda la tierra. ¡La paz esté con ustedes!

Esta es la paz de Cristo resucitado. Una paz desarmada y una paz desarmante, humilde y perseverante. Proviene de Dios: Dios, que nos ama a todos incondicionalmente.

Aún conservamos en nuestros oídos esa voz débil, pero siempre valiente, del Papa Francisco que bendecía a Roma. El Papa que bendecía a Roma, daba su bendición al mundo, al mundo entero, aquella mañana de Pascua. Permítanme dar seguimiento a esa bendición: Dios nos quiere, nos ama a todos y el mal no prevalecerá pues todos estamos en las manos de Dios.

Por tanto, sin miedo, unidos mano a mano con Dios y entre nosotros, vamos adelante. Seamos discípulos de Cristo. Cristo nos precede y el mundo necesita de su luz. La humanidad necesita de él como el puente para ser alcanzada por Dios y por su amor. Ayudémonos también nosotros, unos y otros, a construir puentes con el diálogo y con el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo siempre en paz. ¡Gracias, Papa Francisco!

Quiero agradecer a todos los hermanos cardenales que me han elegido para ser el sucesor de Pedro y caminar junto a ustedes como Iglesia unida, buscando siempre la paz y la justicia, buscando siempre trabajar como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo, para proclamar el Evangelio, para ser misioneros.

Soy un hijo de San Agustín, agustino; quien dijo: “Con ustedes soy cristiano y para ustedes soy obispo”. En este sentido podemos todos caminar juntos hacia la Patria que Dios nos ha preparado.

A la Iglesia de Roma, un saludo especial. Debemos buscar juntos como ser iglesia misionera; una iglesia que construya puentes de apertura y de diálogo siempre abierta a recibir, como esta plaza, con los brazos abiertos a todos, a todos aquellos que necesitan de nuestra caridad, de nuestra presencia y de nuestro amor.

Y se me permiten, también una palabra y un saludo a todos aquellos y en modo particular a mi querida Diócesis de Chiclayo en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su Obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto, para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo.

A todos vosotros, hermanos y hermanas, de Roma, de Italia, de todo el mundo. Queremos ser una Iglesia sinodal, una Iglesia que camina, una Iglesia que busca siempre la paz, que busca siempre la caridad, que busca siempre estar cercanos, especialmente a aquellos que sufren.

Hoy es día de súplicas a la Virgen de Pompeya. Nuestra Madre María quiere caminar siempre con nosotros, estar cerca, ayudarnos con su intercesión y su amor. Ahora, quisiera orar juntos a ustedes. Oremos juntos por esta nueva misión, por toda la Iglesia y la paz en el mundo. Pidamos esta gracia especial de María, nuestra Madre: Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo, bendita tú, entre las mujeres y bendito el fruto de tu viente, Jesús. Santa Maria, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

© Secretaría de la Provincia de Cristo Rey

Ciudad de México, año 2025

+ 52 1 55 5271 9863                 

pasionistasmexrd@gmail.com

José Martí 233, Colonia Escandón, 11800, Miguel Hidalgo, Ciudad de México

  • Instagram
  • Facebook

CONTACTO

bottom of page