Cada año, un periodo especialmente esperado por todos nuestros hermanos Pasionistas de la Provincia de Cristo Rey, es la semana de ejercicios espirituales, que nos propician un tiempo de especial interiorización y coloquio espiritual, además del fraternal encuentro con los hermanos de nuestras distintas presencias apostólicas. En esta ocasión, nuestros ejercicios espirituales se llevaron a cabo del 13 al 17 de febrero en Cuernavaca, Morelos;  específicamente en las instalaciones del icónico Centro de Espiritualidad Pasionista.

 

La predicación y acompañamiento fue confiada al P. Carlos Aguilar Quiroz, quien, habiéndose dejado guiar por el Espíritu, nos propuso como línea de meditación central, la fidelidad al carisma pasionista. Siendo esta una temática que nos posibilitó recorrer nuevamente los derroteros de las primigenias motivaciones de nuestro Padre, Pablo de la Cruz. De esta forma la relectura de algunas de sus cartas, nos adentraron en una especial valoración de su particular manera de conducir las almas hacia una plena configuración con Cristo. De modo que, la voz de nuestro Padre Fundador, dirigida hacia algunas personas en específico, se tornaron como actuales y válidas para nosotros que, en estos días de especial de oración y soledad, hemos tenido la oportunidad de asumir un distanciamiento crítico respecto a los criterios y proyectos del mundo, entrando de esta forma, en relación con el Padre para conocer su voluntad de salvación (cfr. Constituciones 55)

​

Aquellos días, además de constituir una ocasión propicia para nuestra renovación espiritual, posibilitaron el reencuentro con muchos de los hermanos que se encuentran en distintos espacios de misión y que, por las diversas responsabilidades de sus apostolados, no siempre tienen la oportunidad de vivir estos momentos en el mismo tiempo que la mayoría de las comunidades de la Provincia. De modo que, la dicha propia del compartir con los hermanos, expresada desde la entonación de aquellos cantos de antaño que, a una voz, se entonaban en los distintos momentos litúrgicos, donde evocaron el recuerdo de otros tantos que dieron su vida en esta Provincia y dejaron como legado su especial opción por los crucificados. De modo muy especial se hizo memoria del P. Efraín Larrauri Rodríguez, en una canción que, siendo de su autoría, se entonó mas de alguna vez.

​

Durante los días de ejercicios espirituales, los hermanos se dividieron en grupos de animación litúrgica. De manera que cada equipo buscaba la manera de introducirnos en una experiencia de una oración dinámica, acorde con la temática abordada cotidianamente por el predicador. De esta forma transcurrieron los días y llegada la fecha de conclusión, que esta ocasión coincidió con la Solemne Conmemoración de la Pasión, todos nos reunimos en torno a la Eucaristía de cierre, presidida por el Superior Provincial, y predicada por el P. César Antonio Navarrete Ferrusquia, quien nos delimitó algunas pautas para constituirnos en verdaderos pasionistas capaces de evadir todo aquello que, siendo meramente superficial, se constituye en un obstáculo para la acogida e identificación con los crucificados de nuestro tiempo.

​

Finalmente, en el momento de la comida, tuvimos la oportunidad de celebrar como una sola comunidad, la fiesta titular de nuestra familia religiosa, para posteriormente regresar a nuestras comunidades y proseguir de esta forma con nuestra misión como hijos de Pablo de la Cruz y amantes del Crucificado.

​

P. Carlos Alberto Lantigua Checo, C.P.

Cronista