VESTICIÓN DE NOVICIOS
Comunidad del Beato Domingo Barberi
El Pueblito, Querétaro
13 de septiembre de 2024
El 13 de septiembre, en la víspera de la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, los hermanos novicios Jesús Robles Sánchez y José Nieves Luna fueron revestidos con el hábito pasionista, recordando con este acontecimiento, su llamado a ser memoria viviente de Jesús crucificado. La celebración se llevo a cabo en el coro de la Comunidad del Beato Domingo Barberi, en El Pueblito, Querétaro, y fue presidida por el P. Ángel Antonio Pérez Rosa, Superior Provincial. Además de sus familiares más cercanos estuvieron presentes los padres Luis Zárate Valdés, José Luis García Pérez (Maestro de novicios), Sebastián Cruz Gómez (Vicemaestro) y Eloy Medina Torres.
Compartimos a continuación la homilía del Superior Provincial.
HOMILÍA
Damos la bienvenida a las familias de los hermanos que hoy comparte con nosotros. Qué bueno que estén con nosotros, acompañando a sus hijos en este paso que dan de su formación. Saludo también a los compañeros de esta comunidad pues nos sentimos contentos con este paso que van dando Jesús y José.
Serían dos palabritas las que quisiera compartir con ustedes. Es un paso en el caminar del Noviciado ahora que van avanzando en la primera etapa, conociéndose a sí mismos, para ser discípulos del Señor. Miren qué bonito que en este texto de san Lucas se repite tres veces, como insistiendo: "No puede ser discípulo". Es como el eco que resuena en el texto. Dice Jesús: "Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío". Y termina con un corchete, como coronando: "El que nos renuncia a sus bienes no puede ser mi discípulo". Y eso es lo primero que podríamos dar como sentido a este paso que ustedes dan, que es un símbolo: una túnica, a la que llamamos el hábito, que es ante todo una decisión personal de continuar un camino de discípulos en el carisma que ha dado Dios a la Iglesia en San Pablo de la Cruz. Y esa es la decisión que ustedes tienen que ir madurando; ese es el sentido primero de vestirse. Siempre destacamos este aspecto de "revestirse de Cristo", que sería lo mismo que "hacernos sus discípulos". Nunca la túnica será más importante que la persona como discípulo. Para eso nos revestimos: para que nunca perdamos al que es Maestro; nosotros somos discípulos; Él es el Maestro, nosotros somos siempre discípulos, el único Maestro es siempre Él. Y todos estamos en este camino de disimulado que lleva consigo el ir aprendiendo. Hoy ustedes son revestidos de esta túnica, de este hábito, para renovar en ese camino de discípulos en esta comunidad Pasionista, para que ustedes se identifiquen más con el carisma que el Espíritu, por medio de San Pablo de la Cruz da a toda la Iglesia. Por lo tanto, es un paso en profundidad para sintonizar. Ahora esa sintonía debe ser más profunda; es lo que queremos: que al sentirse revestidos de esta túnica que compartimos, también ustedes, de una manera real se sientan llamados a configurarse con Cristo crucificado. Que esta espiritualidad de Cristo crucificado, como el amor de Dios manifestado en la cruz de Cristo, también ustedes la vayan haciendo suya. La cruz, la Pasión de Cristo es un bien de toda la Iglesia. Toda la Iglesia ha sido enriquecida y nosotros tenemos una misión que viene de nuestro fundador: descubrir, para nosotros mismos, el amor de Dios manifestado en la cruz de Cristo, y descubrir que ese amor de Dios necesita ser anunciado a los demás, se nos convierte en memoria; por un lado, lo recordamos, lo contemplamos; no podemos salir sin contemplarlo, sin hacerlo nuestro, sin hacerlo espiritualidad nuestra; pero por otro lado, nos sentimos llamados a ser misioneros. Somos una Congregación misionera y como dice san Pablo en otro momento: "¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!", así dice san Pablo. ¡Ay de nosotros si el amor de Dios no nos impulsa a que toda nuestra persona y nuestro hábito negro evoque que nuestra persona y nuestras cualidades evoque a Cristo! Por eso nuestro hábito es negro; es un instrumento que nos debe evocar cada día cuando lo usamos, a lo que nos consagramos y a lo que somos llamados. Por lo tanto, que siempre ustedes, cuando usen el hábito, sientan esta llamada a ser discípulos y sintonizar con el carisma Pasionista, haciendo nuestra la Memoria Passionis.
Y con la segunda lectura, de la carta a los Colosenses, que es como una exhortación que hace Pablo a la comunidad, también a todos nos una en la vivencia de una fraternidad. Es Pablo, escribiendo a la comunidad, quien da un montón de exhortaciones: "El Señor los ha perdonado, hagan ustedes lo mismo... Por encima de todo el amor... Que la paz de Cristo actúe de árbitro... Sean agradecidos, que la Palabra de Cristo habite en ustedes... Canten a Dios..." Una serie de exhortaciones que buscan fortalecer la comunidad. También el hábito nos hace a todos sentirnos hermanos y nos recuerda que todos los que estamos revestidos por la misma túnica tenemos un proyecto de vida comunitaria que no podemos, así como hemos visto el centro de nuestra espiritualidad que nos hace misioneros, no podemos olvidar que somos llamados a vivir en fraternidad. Cada vez que nos revestimos del hábito tememos que recordar que somos una comunidad. Hay otros hermanos que también llevan este hábito, no escogidos por mí sino puestos por el Señor, también sintiendo la misma llamada del Señor, también llamados por el Señor. Este sería el segundo aspecto del hábito: es una túnica que no sólo me viste a mí sino que me hace hermano de otros en el mismo caminar. Somos un grupo de hermanos que caminamos buscando la fraternidad, construyendo la fraternidad.
Por eso podríamos terminar con las palabras del salmo: "¡Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad!". Esa es la respuesta de ustedes que han estado viviendo esta primera etapa y van caminando en el Noviciado. Que sea la respuesta de ustedes para decirle "Sí" al Señor. Un "sí" que se va haciendo realidad: comenzó en la Promoción vocacional, pasó al Postulantado, vino al Noviciado cuando se les aceptó al Noviciado y ahora continúa madurando en este paso. Que sea un "sí" que renueve sus fuerzas para continuar contemplando al Crucificado y hacerlo el sentido de sus vidas. Que así sea.