Del 24 al 26 de febrero, la Comisión de Pastoral vocacional en México animó una Jornada vocacional, dirigida a los jóvenes que desean conocer el carisma pasionista y discernir si esta forma de vida puede ser el camino para responder al llamado de Dios. El encuentro se llevó a cabo en nuestra Comunidad del Beato Isidoro de Loor, en Tequisquiapan, Querétaro, con la participación de cinco jóvenes, procedentes de Morelos y Querétaro.

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El encuentro dio inicio por la noche del viernes 24, conforme fueron arribando los participantes después de superar varios retos, como el tráfico o la confusión de los mapas virtuales que no señalaban con exactitud el sitio indicado. Ya en la comunidad, nos reunimos para cenar y tener un momento de convivencia. 

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La jornada del sábado comenzó con la celebración eucarística: reunidos en torno al altar, elevamos a Dios nuestra oración poniendo en sus manos nuestras necesidades, nuestra vocación y la vida de nuestras familias. Alimentados con el pan del cielo, nos dirigimos al comedor para compartir los alimentos. Hacia la media mañana, nos reunimos en el salón para iniciar la meditación de estos días. En primer lugar, tuvimos la oportunidad de hacer un análisis de nuestra realidad; posteriormente, vimos la necesidad de construir la civilización del amor en medio de las dificultades de la historia. Terminada la mañana, nos reunimos nuevamente en el comedor para nutrir nuestro cuerpo con el alimento necesario. Después de comer, fuimos a caminar por el centro de Tequisquiapan, lo cual, además de conocer, nos permitió fortalecer los vínculos de fraternidad. Más tarde, volvimos a la comunidad y nos reunimos en la capilla para tener un momento de adoración a Jesús Sacramentado. Después de la oración, disfrutamos de una deliciosa cena. Y concluimos el día después de un divertido momento de recreación. 

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Iniciamos el domingo, poniéndonos en la presencia de Dios con el rezo de laudes. Posteriormente, nos reunimos en el comedor para compartir los alimentos y después de unos instantes, nos dimos cita en el salón para compartir información sobre San Pablo de la Cruz, fundador de los Misioneros Pasionistas. Al medio día, celebramos la Eucaristía, dando gracias a Dios por todo lo que nos concedió durante estos días. Y para concluir, después de tomar la foto del recuerdo, pasamos al comedor para disfrutar de los alimentos. 

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