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Encuentro provincial en la fiesta de Cristo Rey

21 de noviembre de 2022

El pasado 21 de noviembre, luego de dos años de medidas y distanciamientos cautelares debido a los estragos causados por la pandemia, nuestra familia pasionista de la Provincia de Cristo Rey, volvió a reunirse en su tradicional encuentro anual de Comunidades, con ocasión de la fiesta que motiva su onomástico. La dicha que engalana esta convivencia fraternal donde impera un clima de fiesta y fraternidad, toca a los nuestros hermanos que hacemos vida y misión, tanto en México como en República Dominicana; lo cual, resulta evidente en el compartir, en donde estas culturas coinciden buscando dar una respuesta conjunta a la invitación de una vida fraternal desde el carisma que nos hace hermanos.

La Ciudad de México fue el lugar donde todos fuimos convocados; específicamente en las instalaciones del Instituto Francisco Possenti, donde desde hace mas de cinco décadas se nos ha confiado la educación de miles de jóvenes en esta zona del país. A este conocido lugar llegaron los hermanos que respondieron a la referida invitación; muchos debido a la distancia, llegaron desde la noche anterior para poder estar presentes en la acción de gracias que como una misma comunidad daríamos al buen Dios que nos ha hecho coincidir en esta filiación especial por medio de nuestro Padre Pablo de la Cruz.

Aproximándose la hora pautada para la celebración de la Santa Misa, que habría de presidir el P. Genelio Garcia Antigua, C.P., Consultor Provincial, comenzaron a llegar los hermanos procedentes de cada una de nuestras comunidades, quienes aprovechando la ocasión, entablaron diálogos pletóricos de remembranzas que ocasionaron sonrisas en los rostros de quienes participaban de los referidos coloquios que habrían de continuarse en los distintos momentos de aquel pintoresco día.

Inmediatamente después de la celebración eucarística que tuvo lugar en la capilla del Instituto Francisco Possenti, fuimos citados en las canchas de deportes, donde los postulantes habían preparado algunas dinámicas que resultaron ser, ciertamente, un exhaustivo detonante para la convivencia.

Luego de estas dinámicas, los estudiantes de Teología organizaron los equipos para el baloncesto y el futbol, encuentros en los que la mayoría de los hermanos estuvieron dando lo mejor de sí para que sus equipos resultaran vencedores. Allí abundaron los árbitros y "especialistas" que, como siempre, dotan de un matiz especialmente jocoso estos encuentros deportivos.

Cuando el reloj marcó la hora pautada para la comida, las canchas quedaron desiertas y fueron pobladas las inmediaciones de la llamada "aula abierta" del Instituto, donde se habían dispuestos mesas y demás enseres para el esperado momento del convivio, que se desarrolló en un clima de jocosidad y fraternidad entre quienes coincidimos en aquel día tan especial.

Acabada la comida, muchos volvieron a las canchas para continuar sus contiendas deportivas y otros tantos prefirieron optar por los cautivadores juegos de mesas dotados de una especial serenidad, muy característica de las horas posteriores al consumo de alimentos. Finalmente y una vez que fue avanzando la tarde, los hermanos comenzaron a despedirse para retornar a sus comunidades y rutinas habituales, albergando el expresivo deseo de que se continúen realizando reuniones en las que podamos seguir fomentando nuestro encuentro fraternal.

Coh. Carlos Alberto Lantigua, C.P.

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