top of page
IMG_9005.JPG

VIII CAPÍTULO PROVINCIAL

Centro de Espiritualidad Pasionista

Cuernavaca, Morelos

3 a 7 de junio de 2024

Del 3 al 7 de junio, los Pasionistas de la Provincia de Cristo Rey, celebramos el VIII Capítulo Provincial, presididos por el P. Joachim Rego, Superior General, en el Centro de Espiritualidad Pasionista, en Cuernavaca Morelos. Presentamos a continuación la crónica de este importante acontecimiento para la vida de nuestra Provincia.

Durante la mañana del lunes 3 de junio, los religiosos de todas las comunidades de la Provincia de Cristo Rey, tanto de México como de República Dominicana, comenzaron a reunirse en el Centro de Espiritualidad Pasionista, en Cuernavaca, Morelos, para dar inicio a la celebración del VIII Capítulo Provincial.

De acuerdo con lo previsto, este acontecimiento inició en punto de las once de la mañana, poniendo nuestros anhelos, sueños e inquietudes en el altar de Dios con la celebración Eucarística, presidida por el P. Víctor Hugo Álvarez, Superior Provincial; acompañado por los padres Eloy Medina y César Antonio Navarrete. Durante la celebración, se invocó la presencia del Espíritu Santo, para que sea él quien, durante estos días guíe nuestros corazones y acciones. Antes de concluir la celebración, se dio la bienvenida a todos los participantes en el Capítulo, tanto a los religiosos de la Provincia como a los que habían venido desde distintas entidades, entre ellos, al P. Joachim Regó, Superior General y Presidente del Capítulo; a su secretario y traductor, el P. Alessandro Foppoli; al P. David Colhour, Superior de la Provincia de la Santa Cruz (CRUC); y al P. Tarcisio Gaitán, de la Provincia del Sagrado Corazón (SCOR), quien estará sirviendo como Moderador en las sesiones el Capítulo. Así mismo, el P. Víctor Hugo Álvarez resaltó el gesto de fraternidad del P. Henrique Evangelista, Superior de la Provincia de la Exaltación de la Santa Cruz (EXALT),  quien  a pesar de no estar presente en el Capítulo envió una imagen de Nuestra Señora de Aparecida, patrona del país brasileño, para expresar su cercanía y oración por nuestra Provincia.

Al terminar la celebración, nos reunimos en el aula capitular para iniciar los trabajos de esta semana; se aprobó el Manual de Procedimientos y la Comisión Preparatoria dio a conocer la distribución de los servicios que ayudarán al desarrollo del Capítulo, los cuales, fueron asignados de la siguiente manera: P. Tarcisio Gaitán, Moderador; Diáconos Pedro Méndez y Julio César Rondón, escrutadores; Coh. Luis Miguel García, campanero; P. Eloy Medina, Secretario; Coh. Carlos Alberto Lantigua, auxiliar de secretaría; Coh. Ricardo Meraz, enfermero; Coh. Miguel Ángel Zamora, cronista; y como miembros de la Comisión de liturgia, el P. Carlos Aguilar y los Cohs. Daniel Ávila e Ismael Ramírez.

Una vez aprobada la distribución de estos oficios, tuvo lugar la elección de la Comisión Coordinadora Central (CCC), cuya misión será promover la marcha eficiente del Capítulo. La votación se realizó según lo estipulado en el Manual de Procedimientos, entregando papeletas a cada capitular para colocar el nombre de los candidatos; resultando electos los padres Ángel Antonio Pérez, Mario Felipe Quiroga, Miguel Ángel Villanueva y José Antonio Barrientos.

Luego de haber definido los pormenores del Capítulo, pasamos a disfrutar los alimentos que con mucha dedicación había preparado el personal del Centro de Espiritualidad; durante la comida, era notorio el ambiente de fraternidad y alegría, motivado por la oportunidad del encuentro entre los hermanos.

Por la tarde, nos reunimos en el aula capitular para iniciar el primer bloque del Capítulo: la mirada contemplativa de nuestra realidad. Este bloque comenzó con el discurso de apertura pronunciado por el Superior General, quien enfatizó los aspectos fundamentales de nuestra vida, tales como la formación, la economía, la misión y el ejercicio de la autoridad. Partiendo del relato de los discípulos de Emaús, invito a los capitulares a adentrarse en la experiencia de “sentir arder el corazón” para fortalecer la esperanza, indicando que “es la esperanza la que nos sostendrá y nos dará la sabiduría para encontrar un futuro significativo”. Así mismo, aprovechó para expresar su agradecimiento a la Provincia por “el don que ha hecho a la Curia General en las personas del P. Rafael Vivanco Pérez que se desempeña como Consultor General y del P. Javier Antonio Solís Basilio, Director de la oficina de comunicaciones”.  También agradeció al P. Víctor Hugo Álvarez y a sus Consultores, los padres Genelio García y Eloy Medina, por el servicio que han prestado en la animación de la Provincia durante este periodo. Finalmente, el Padre General concluyó su intervención pronunciando oficialmente la Apertura Canónica del Capítulo con estas palabras: “¡Invocando la guía y la presencia del Espíritu Santo y solicitando la intercesión y bendición de nuestro Santo Fundador, San Pablo de la Cruz, declaro abierto este VIII Capítulo de la Provincia de Cristo Rey!”, las cuales fueron acogidas con un fuerte aplauso de parte de todos los capitulares.

Después de compartir las resonancias en torno al discurso del Superior General, los capitulares se dispusieron para escuchar el informe del P. Víctor Hugo Álvarez, Superior Provincial. Durante su informe, el Padre Provincial hizo un breve recorrido de los acontecimientos que han marcado el caminar de la Provincia durante estos años, destacando la experiencia vivida durante la pandemia, en la que, además de experimentar el dolor por la pérdida de los padres Héctor Rangel Galván y Alejandro González Puente, pudimos constatar la providencia de Dios por medio de muchos laicos que manifestaron numerosos gestos de solidaridad hacia nuestras comunidades. El P. Provincial desarrolló su informe partiendo de cuatro aspectos fundamentales: la vida comunitaria, la formación, la misión y la economía, haciendo en cada uno de ellos una evaluación sincera y objetiva. Para concluir su intervención, presentó un resumen estadístico de la Provincia e informó a los capitulares acerca de la situación y los procesos que están viviendo algunos religiosos. Finalmente expresó su agradecimiento a Dios y a los hermanos por todo lo vivido a lo largo del cuatrienio.

Al concluir el informe del Padre Provincial, se tuvo un receso en el que los hermanos aprovecharon para tomar aire, despejar la mente y compartir amenas charlas con una taza de café u otra bebida. Terminado el descaso, escuchamos el informe económico presentado por el P. César Antonio Navarrete, Ecónomo Provincial. Durante su intervención, detalló la situación económica que atraviesa la Provincia, señalando las aportaciones que realizan cada una de las comunidades e instituciones, y teniendo en cuenta los desafíos que, desde este ámbito, deben ser solucionados.

Concluidos los informes y después de una intensa jornada, vivimos un momento de oración en la capilla del Centro de Espiritualidad; para ello, los hermanos de la comisión de liturgia nos invitaron a centrar nuestra oración en la vida fraterna, pidiendo a Dios que nos conceda valorarnos los unos a los otros, para así vivir desde la experiencia de la reconciliación. Cabe mencionar que esta intención se vio fortalecida al haber compartido un abrazo con todos los hermanos. Después de haber orado juntos nos dirigimos al comedor para compartir la cena y la vida en un ambiente de sincera fraternidad; y más tarde, cada uno se fue retirando para descansar y reparar las fuerzas.

Iniciamos la jornada del martes 4 de junio, reuniéndonos en el comedor para obtener de los alimentos la energía necesaria para el trabajo del día. Al concluir, nos encaminamos hacía el aula capitular para comenzar nuestras actividades, con la intención de continuar la mirada contemplativa de nuestra realidad provincial.

Para ello, los miembros de la Comisión Preparatoria explicaron el método de trabajo: la conversación espiritual, la cual, supondría la distribución de los presentes en grupos heterogéneos que garantizaran el enriquecimiento mutuo con la experiencia vivida por cada uno de los religiosos. El objetivo de este ejercicio era identificar las luces y las sombras que van permeando nuestro caminar, concretamente en tres aspectos fundamentales: la vida comunitaria, la misión y la participación solidaria.

De este modo, siguiendo las indicaciones del Moderador del Capítulo, nos reunimos en las distintas áreas del Centro de Espiritualidad, no sin antes suplicar el auxilio del Espíritu Santo, ayudados por la oración que la Comisión de liturgia había preparado con especial dedicación. Cabe señalar que el método de la conversación espiritual favoreció la participación de cada uno de los religiosos: los grupos se convirtieron en un espacio propicio para expresar las inquietudes, preocupaciones, sueños y anhelos en torno a estos tres aspectos (comunidad, misión y participación solidaria), que resultan ser de capital importancia para nuestra vida como Pasionistas. Después de que cada grupo hubiera identificado tres luces y tres sombras en las realidades antes mencionadas, los secretarios se dieron a la tarea de compartir con los capitulares aquello que habían recabado, dejando ver la riqueza que se encuentra en la pluralidad de pensamiento y en la diversidad de opiniones.

Fue así que, al concluir este primer bloque, nos encaminamos nuevamente hacia el comedor para poder disfrutar de los alimentos, pero también de la presencia y compañía de los hermanos.

Llegada la tarde, y después de un confortable descanso, nos reunimos en el aula para dar inicio al segundo bloque del Capítulo: la iluminación y el juicio profético. Para este momento nos acompañó el P. José Sánchez Zariñana, sacerdote Jesuita, quien compartió sus reflexiones y preocupaciones acerca de la vivencia y la respuesta que da la vida consagrada a los desafíos del mundo contemporáneo. Sin duda, su intervención ayudó a pulir y orientar las luces y sombras identificadas en los grupos durante la conversación espiritual.

Terminada la iluminación, nos reunimos en la capilla para celebrar la Eucaristía y dar gracias a Dios por todo lo vivido a lo largo de la jornada. Por último, y antes de disponernos al descanso nocturno, compartimos los alimentos en el comedor en medio de un ambiente de alegría y fraternidad.

Al día siguiente, desde temprana hora de la mañana nos fuimos reuniendo en el aula capitular para iniciar el día alimentando nuestro espíritu con la oración. Ya en el aula, se nos invitó a vivir nuestra oración de una manera diferente: dialogando por los jardines con el hermano que se encontraba a nuestro lado, como una manera de interactuar con él y descubrir en sus experiencias personales la presencia y la voz de Dios. Después, con el espíritu renovado, nos dirigimos al comedor para degustar los alimentos.

La jornada matutina estuvo marcada por la segunda intervención del P. Sánchez Zariñana quien nos acompañaría para hacer el juicio profético de nuestra realidad. Cabe mencionar que la reflexión se hizo más dinámica al alternar su presentación con el trabajo en grupos, creando así un espacio en donde cada religioso tenía la oportunidad de compartir sus inquietudes a partir de la iluminación recibida. Este momento se extendió hasta la hora de la comida, en donde aprovechamos para despejar la mente entre amenas conversaciones y ricos alimentos, en una fraterna convivencia.

Durante la tarde, iniciamos el tercer bloque del Capítulo: la toma de decisiones. Este momento tenía dos objetivos fundamentales, por un lado identificar los desafíos de la Provincia, y por otro, definir las prioridades que requieren mayor atención. Para lograr estos objetivos, volvió a implementarse el método de la conversación espiritual en donde cada grupo se esforzó para elegir, de entre las luces y las sombras, únicamente dos desafíos que recogieran el sentir de la mayoría de los hermanos; los cuales, fueron llevados por los secretarios al plenario, para que de ahí surgieran las prioridades discernidas por la Asamblea; sin embargo, debido a la cantidad de comentarios, propuestas y correcciones el tiempo resultó insuficiente para concluir este momento.

Fue así que rápidamente llegó la hora de celebrar la Eucaristía, que en esta ocasión, tuvo un tinte de singular alegría, pues en ella agradecimos a Dios por la vocación de nuestros hermanos Rafael Vivanco, Miguel Ángel Villanueva, Alberto Domínguez y José Luis García, que recientemente habían celebrado su cuadragésimo aniversario de ordenación sacerdotal. Durante la celebración, cada uno de ellos compartió algunas palabras reconociendo la rapidez con que han pasado los años, pero también la alegría y plenitud que han experimentado a lo largo de su ministerio.De este modo, con ánimo alegre nos dirigimos al comedor para compartir la cena y disponernos luego a concluir la jornada con el descanso nocturno.

Iniciamos el jueves 6 de junio, encomendando a Dios nuestra jornada, unidos a toda la Iglesia, con el Oficio de Lectura y las Laudes; posteriormente nos dirigimos al comedor para encontrarnos con los hermanos y compartir los alimentos en un ambiente de fraternidad.

Retomamos la actividad que comenzamos el miércoles por la tarde, con la puesta en común del trabajo en grupos para determinar las prioridades de la Provincia en la vida comunitaria, la misión y la participación solidaria que, una vez compartidas y discutidas, fueron votadas para pasar a la siguiente etapa: delimitar las líneas de acción que sentarán las bases del próximo proyecto provincial.

Definidas las prioridades, volvimos nuevamente a los grupos para discernir y proponer dos líneas de acción para cada prioridad, con el método de la conversación espiritual que, de acuerdo con los resultados obtenidos y la expresión de quienes participamos, se ha percibido fluida y enriquecedora al tener la oportunidad de escucharnos.

Llegado el momento de poner en común las líneas de acción, bajo la oportuna dirección del P. Tarcisio Gaitán en su servicio como Moderador y las recomendaciones del P. General, al final de una intensa dinámica de confrontación, discernimiento, y votación, quedaron establecidas dos líneas de acción para cada uno de los desafíos planteados.

Después de compartir de los alimentos, nos volvimos a reunir en el aula capitular para conocer las propuestas que se presentaban al Capítulo, un total de cuatro que, tras su discernimiento y votación, se eligieron tres al considerar que una estaba incluida en otra.

Posteriormente, se habló sobre la posibilidad de definir si se formaría una Comisión de redacción, decidiendo que, como el Capítulo prácticamente había realizado esa labor, no sería necesario; aunque el Gobierno entrante se encargaría de afinar y unificar la redacción de las propuestas y líneas de acción.

Concluido este momento pasamos a la celebración Eucarística presidida por el P. Ángel Antonio Pérez, y concelebrada por los Padres Juan Manuel Rodríguez y Luis Miguel Reynoso, tomando la eucología de los santos Pasionistas. Habiendo hecho memoria de la Pascua del Señor, pasamos al comedor para la cena en medio de amenas conversaciones y la alegría que tuvo continuidad en los pasillos y en otras áreas, salvo por aquellos que tuvieron que continuar trabajando en la Comisión Coordinadora Central o quienes decidieron ir a descansar.

El último día de nuestro Capitulo, inició con una atmósfera de profundo discernimiento frente a Jesús Sacramentado. Fue una buena oportunidad para que todos los presentes pudieran volcar la mirada y el corazón hacia a Aquel que nos ha convocado a formar parte de la familia de Pablo de la Cruz. La oración estuvo marcada por la invocación de los dones del Espíritu Santo, para obtener por su medio la iluminación necesaria en los momentos cruciales de la elección del Gobierno Provincial, pautado para las horas posteriores.

Concluida la oración matutina, pasamos a compartir el desayuno y luego de esto, por expresa solicitud del Padre General, todos los hermanos, fueran capitulares o estudiantes, se despojaron de sus equipos electrónicos, para incorporarse al aula capitular.

Alrededor de las nueve de la mañana y estando todos los capitulares en su lugar y los estudiantes en el área que se les había reservado, el P. Joachim Rego dirigió unas palabras, marcadas por la presencia del Espíritu, mismas que fueron la principal motivación de aquella mañana.

Concluidas sus palabras, se procedió a la lectura de las normas que rigen las elecciones. Y así, se dio paso a la primera ronda de votaciones; al no haber elección, se continuó con los escrutinios hasta que en el cuarto, con la mayoría requerida en los Estatutos, fue elegido el P. Ángel Antonio Pérez Rosa, como Superior Provincial. Fue un momento marcado por la emoción y el buen ánimo, en donde pudo palparse la fraternidad propia de nuestra identidad carismática manifestada en el abrazo que todos compartieron.

Terminada esta elección, después de un breve espacio de receso, se procedió a la elección de los Consultores que completarán el equipo de animación de nuestra Provincia, resultando electos los Padres Miguel Ángel Villanueva Pérez y José Antonio Barrientos Rodríguez, como primer y segundo Consultor, respectivamente.

Al concluir estas elecciones, aunque parecía que habíamos terminado trabajos, la voz del P. Alessandro Foppoli, Procurador General, nos convocó a la elección del Delegado al Capítulo General y su sustituto. En este momento resultaron electos los Padres Sebastián Cruz Gómez y Eloy Medina Torres, respectivamente.

Nuestra jornada concluyó con la celebración de la Eucaristía, en donde el nuevo Superior Provincial, realizó su profesión de fe y emitió el juramento de fidelidad. Concluido este momento, compartimos un espacio de fraternidad al tomar los alimentos. Y después, volvimos a nuestras comunidades locales.

Coh. Miguel Ángel Zamora Ramírez, C.P.

png-transparent-illustration-computer-icons-multimedia-multimedia-icon-miscellaneous-blue-

Ver más fotografías

bottom of page